jueves, 15 de mayo de 2014





LA IMPORTANCIA DE EDUCACIÓN PARVULARIA





  • La Educación Parvularia como primer nivel del sistema educativo chileno, ha adquirido en los últimos años una creciente importancia, en razón de los beneficios que otorga a los niños, niñas y familias, situación observada a través de diversas evaluaciones. En este contexto, se considera que la inversión en el ámbito educacional, es altamente rentable, no solo por los resultados obtenidos, sino que también porque se ha constituido en un mecanismo efectivo para interrumpir el círculo de la pobreza.
La Educación Parvularia se imparte en una diversidad de establecimientos, según sus fuentes de financiamiento, modalidades curriculares, instituciones y programas que las desarrollan y tipo de dependencia, ya sea Estatal, Municipal o Particular.
 Existen los centros educativos particulares y municipales, que reciben subvención del estado para cubrir gran parte de sus gastos corrientes; por otra parte, están los establecimientos particulares pagados que operan con recursos privados y, se encuentran también, aquellos que son financiados casi en su totalidad por el estado. Estos son los dependientes de la Junta Nacional de Jardines Infantiles J.U.N.J.I. y la Fundación Nacional para el Desarrollo Integral del Menor INTEGRA y del Ministerio de Educación. Por su parte, algunas fundaciones y organismos privados, sin fines de lucro, obtienen recursos vía donaciones para ofrecer educación o cuidado a niños y niñas desde los 84 días hasta los seis años de edad.
La Educación de Párvulos es hoy, en el discurso político, una de las carreras más importante para el país; aunque en la práctica, es una de las menos valoradas. Esta es la disyuntiva que a diario vive nuestra profesión. Se predica latamente sobre la importancia de la educación inicial, pero muy pocas veces estamos dispuestos a asegurar su calidad. Como educadoras de párvulos, egresadas de una universidad prestigiosa de nuestro país, y teniendo un total compromiso con nuestra profesión, queremos compartir y profundizar con la sociedad sobre esa extraña contradicción que se ha instalado, ahondando en algunos puntos importantes y sobre todo, socializando algunas preguntas que todos nos debiéramos hacer.

Estamos conscientes de que entregándonos la educación de sus hijos en la etapa más importante, los padres demuestran que confían profundamente en nosotras. Cuántas veces vimos o escuchamos a padres y madres en el primer día del jardín, algunos con temor, otros con angustia. Y claro, no es fácil dejar a tu hijo en manos de otra persona. Como educadoras, agradecemos esta confianza, y es por ello que no podemos quedar indiferentes frente a la realidad que vive nuestra profesión. Porque siendo parte del grupo de adultos más significativo para nuestros niños en la primera etapa de sus vidas, ¿se ha preguntado usted, mamá o papá, si este profesional de la educación cuenta con las condiciones necesarias para hacer su trabajo?